Es chistoso como tenemos empresas que tienen como valor cuidar al medio ambiente y resulta que son petroleras.
Es un claro ejemplo de desvalor, porque la naturaleza del negocio pueden solo atenuar pero no propiciar. Tenemos múltiples valores muchos están dados por lo que quisieran escuchar los accionistas, como la generación de valor a los accionistas, sin embargo, que este valor o parte de la declaración de la misión enoja al cliente final, estos son valores propuestos por una gestión temerosa que quieren contentar a los que definirán su estadía en la empresa.
Hay otros que quieren perpetuar la esencia del dueño por su edad o porque fue su forma de gestión, como el valor a la familia, que suena bien; no obstante que no genera un real valor en el producto o servicio, dado que ser un buen padre de familia no es una decisión de la empresa.
Los valores son herramientas administrativas doctrinarias y consecuentes con la estrategia de la empresa, que te ayuden a conseguir que las personas se alineen a ella; por ejemplo 3 condiciones estrategias del vaticano hizo que salga humo blanco en Nuestro querido Papa Francisco: La primera una mejor posición de las mujeres en la directiva de la iglesia, por eso luego de mucho temor Magdalena fue considerada la primera apóstol. La segunda tomar una posición de intolerancia y resguardo los casos de sacerdotes pedófilos, y la tercera la inclusión de personas con otras orientaciones sexuales y divorciados. Cambian las estrategias cambiaron los valores, aun cuando al interior de la institución se resiste, por ello muchas veces los peores enemigos de tu estrategia son tus propios colaboradores.
Los valores deben ayudar a alinear, a concientizar, a creer, a motivar hacia una dirección; no deben ser redundante cuando la población usualmente los tiene como cultura como: La honradez y honestidad, u otro parecido.
Los valores deben sumar el valor de la compañía de su producto o de su servicio, consideren que desarrollar valores es costoso y debe ser considerado una inversión que debe llegar al cliente final y que él lo aprecie.
Los valores no solo son para el gerente de RRHH o para el manejar al personal, si el cliente no lo valora puede que no sirva de mucho, por ejemplo el valor de resiliente, suena bien, pero el hecho de aguantar los cambios y las crisis, quizás no es apreciado por tu cliente final por allí esos intentos lo ve como fallidos para no quebrar. Salvo en las empresas de barrio que aprecian la lucha por la cercanía y la gente se solidarice con tu esfuerzo.
A veces un valor tan simple puede ser el adecuado, cuando tu cliente lo percibe como real y le agrada, por ejemplo «AMIGABLE» nos hemos cansado con tantos call center que son discos rallados y con una atención con mucha educación sin embargo poca empática.
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