Al igual que en las personas, las empresas llegan a tener un equilibrio emocional cuando en principio, sus tres columnas gestiónales andan alineadas: META el qué, ESTRATEGIA el cómo y OBJETIVO para qué, tres elementos aparentemente sencillos, pero que puede ser complicados en el camino, que debe ser manejado por todos los gerentes y en especial por CEO. 

Recordemos que los empleados no hacen las estrategias, ello siguen los lineamientos, los protocolos, las rutinas de trabajo y es de esperarse que estas acciones encaminadas por los gerentes lo lleven a los colaboradores a cumplir con las estrategias de las empresas y con ello la meta y sus objetivos. Por eso, por lo general no llegar a resultados no debería ser un problema de las personas que hacen la actividad sino de quienes la crean. El mal rendimiento es la condición incompetente de los gerentes de no poder lograr estrategias competitivas. Los empleados son subordinados de la estrategia, sin embargo, cumplir con ellas no significa que estén bien diseñadas. Si en un colegio todos tus alumnos están desaprobados deben botar al profesor, lo mismo si en una empresa no llega a los números deseados; es contra natural que hagas reducción del personal por no cumplir con los números. Lo correcto debería ser cambiar a tus gerentes.

Recuerda que hablando estratégicamente, muchas cosas no serán tu culpa, pero si tu responsabilidad si te toca cumplir el rol de gerente. El Gerente Crea el colaborador Hace.

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