LA EMPRESA NO ES UNA FAMILIA ES UN EQUIPO COMPETITIVO
Dentro del análisis psicoanalítico de las empresas, las instituciones buscan copiar modelos que tienen dominio en su consciente y ese modelo es familia y el colegio. En uno de los capítulos del mi libro (en revisión por la editorial) de nombre LA VIDA SEXUAL DE LAS EMPRESAS, con enfoque psicoanalítico; buscamos explicar cómo la percepción de liderazgo que marca la figura de autoridad en casa por papá o mamá, y más aun actualmente la autoridad de casa sobre todo pronóstico bíblico es mamá, con una posición –según tendencia cuando la madre trabaja- duramente maternal, es decir; te enseña a pescar no te hace las cosas, se va a trabajar previo la entregar a todos, incluye al marido de lista de recomendaciones, tareas y encargos.
Las gerencias asumen también este modelo maternalmente dura, con sus subordinados como si su área fuesen una isla que deben proteger a cada miembro, como su familia; con reglas firmes, con instrucciones no conciliadas, con obsesiones a veces improductivas, (como cuando le decimos a los subordinas que el trabajo es para ayer y nunca lo revisamos), pareciese dictador, sin embargo, si un gerente de otra área se mete a dar observaciones del trabajo de sus subordinados, el jefe inmediato se convierte en una leona que cuida de sus cachorros. Es tan fuerte esta relación familiar desubicada, que es común observar que, si se recienten los gerentes, se espera que los subordinados de ambos bandos también apoyen la guerra, porque el papá del vecino no es nadie para que pegue a tu hijo. En una gestión francesa esto es absurdo porque cada puesto pertenece a toda la empresa y todos pueden dirigirse directamente a la persona encargada y él hacerse cargo.
Esta sensación de familia se da también por re-vindicar la relación entre hombres y mujeres, que se pierde cuando se termina el colegio o la universidad, porque las relaciones de pareja formales no permiten contener amigos del sexo opuesto como en el colegio; por ejemplo, quizás una esposa no pueda decir llego tarde porque estoy tomando un café con mi amigo, pero quizás es más aceptable los almuerzos y cenas de trabajo. Es por ello que la frecuencia y la falta de atención entre las parejas formales comienzan a peligrar cuando en la aparente familia los compañeros se sienten más escuchados en que casa, se siente más comprendidos, más atendidos, más identificado, más aún cuando el marido piensa que por su condición de hombre sus problemas laborales son más importantes que lo de su pareja.
Cuando comienza el cinismo QUE LA EMPRESA ES UNA FAMILIA es cuando entendemos que los que participan en todas las actividades sociales de la empresa formales e informales no son los que ascienden, porque se juzga su liderazgo, o porque sienten que nadie los va respetar o cuando la espontaneidad de muchos queda como inmadurez por actividades que entre comillas buscan que la gente se desinhiba.
Cuando aumenta los sueldos de manera discriminada, cuando botan gente por caprichos o porque no logran los objetivos (pagando la culpa de los gerentes que son los que deben hacer estrategias para que su equipo logre los objetivos y no trasladar la culpa estratégica a los pobres operativos) Es cuando nos damos cuenta que dónde queda la familia. Cuando la practicante lo da todo, su amistad su tiempo, su trabajo, en espera que sea contratada y no sucede, o cuando la empresa tiene terciarizados casi como una suerte de inmigrantes o ciudadanos de tercera, qué paso con la familia, que pena que todavía hay empresas que su personal terciarizado es casi el hijo de la empleada doméstica que cuando se porta bien es una suerte de ahijado, y cuando no hace lo que queremos es solo el hijo de la empleada, obvio que las mejores motivaciones es darle de comer todo lo que sobra en las reuniones de personas que realmente si son de la empresa, engordemos para que sean felices, total la alimentación es la motivación más primaria para la gente primaria.
La estructura laboral tiene sus propias reglas, desde que hay diferencias de sueldos, de condiciones y privilegios, no podemos hablar de una familia, las empresas deben tratar de que las familias reales se mantengan, apoyar la unidad familiar y no tratar a las personas como hijos, sino hacerlos responsables para que los funcionarios críen bien a los suyos. De esta manera sabrán cómo hacerse cargo de sus deudas, de las enfermedades de sus hijos, harán buen uso de sus seguros y beneficios y no trasladarán los problemas a la empresa.
En esta nueva realidad las empresas y los gerentes competitivos, no buscan hijos sino personas que trabajen para ellos, pero que sepan más que ellos, que aporten no que aprenda, los gerentes antiguos son los que asumieron que deben enseñar y ser la cabeza para siempre porque deben dejar legados, pero lo real que su legado estará por ciertos totalmente desactualizado. Si soy Gerente de RRHH espero que mi jefe de selección sepa más que yo en este tema y obvio seguirá mis políticas, pero debe hacerse cargo de ser competitivo, y yo no tengo la culpa que no lo sea; si me dedico a enseñarle todo, lo que debería saber, lo más probable es que termine haciéndole su trabajo y lo convertiré en mi asistente que como saben los asistentes es un puesto permanente pero no la persona que lo ocupa porque en el tiempo se convierte en asistontos, o muchacho de mandados personales.
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