LA SALUD YA NO ES LO MÁS IMPORTANTE SINO PODER PAGAR LOS SERVICIOS MÉDICOS Y LOS MEDICAMENTOS DONDE SI NOS BASAMOS EN UN LIBRE MERCADO PUEDE MATAR A UN PUEBLO
Toda situación por más mala que parezca, siempre habrá sectores que se benefician. Esta pandemia es el inicio de una cadena de hechos que es imposible poder no asumir el riesgo de enfermarse; y es triste que al igual que los bancos, el sector salud privado tiene que ser intervenido por el estado porque su visión cortoplacista y oportunista -posiblemente muy estratégica – solo empobrece a su propio segmento.
Leí una publicación en LinkedIn con muy buenas intenciones que decía «Lo primero es la Salud»; les comento que lo más importante es poder pagar las consultas, que la plataforma de salud tenga una visión más comunitaria que se regulen los medicamentos y que se rompa paradigmas sobre el uso de genéricos.
En el país donde vivo (Bolivia), hay médicos que atienden 30 casos diarios, pese haber una fila de médicos esperando poder alcanzar a rendir un examen de especialización. Y resulta que nunca se auditan a los que aprueban; los medicamentos para el COVID-19 triplicaron precios y quisieron cerrar las puertas a laboratorios que, con más conciencia social, abarataron los costos de los mismos; felizmente la necesidad y la vejes de los médicos oficiales, sumados a la obesidad de auxiliares, dieron paso a médicos egresados, muchos de ellos extranjeros, que estaban en plena virtud de su juventud y de sus fuerzas y pudieron ingresar a rubro de salud que antes era imposible que se le acepten.
Ahora vemos cadenas de farmacias, clínicas y centros de salud, aplacando su deuda moral con la pantalla de fundaciones de ayuda social, como que donando más sillas de ruedas van a poder devolver la economía que empobreció en cadena a su segmento objetivo.
Me gusta un pensamiento democrático y liberal, pero cuando el descontrol beneficia y empodera a su sector en contra de la economía general de un país, es necesario la intervención que en ese caso fue desatendida o llegó tarde, ojalá que las auditorias no tarden.
Felizmente, la necesidad ha hecho que las personas tomen más conciencia y aprendan a que un medicamento con la misma fórmula y que pase procesos de calidad «no puede ser malo», porque no tiene una marca más cara; a tiempo de entender los procesos médicos y antes de aceptar aplicarse algo verifique si realmente, lo necesita o si las clínicas necesitan asegurar sus ingresos para pagar su nuevo instrumental.
Si dejamos de endiosar a las personas por sus conocimientos será nuestra primera actitud para comenzar a cuestionarnos y aprender, eso significa desarrollar un espíritu científico.
No envejezcamos el sector de salud y para ello, debemos dar paso a los jóvenes médicos, el instrumental adecuado y un estricto análisis y cumplimiento de procesos y supervisión, permitirá a tantos médicos egresados sin trabajo darle empleo; Galenos que todavía su voluntad y empatía prima en su conciencia.
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